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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤOO2. christmas time, holy night.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #navidad #narrativa #moondustrpg #O2
( team #soleil ; december 24, 2017 )
seoul, sunday in the morning
Ladridos, ladridos y más ladridos cerca de su oreja lograron despertarle, por lo que con bastante sueño abrió uno de sus ojos o eso intentaba, a la vez que su brazo más próximo a su móvil lo alcanzaba para apagar la ruidosa alarma; definitivamente tenía que cambiar su tono, no era agradable despertar así. Una vez apagados los molestos ruidos procedió a enterrar su cara en la almohada y estirar sus extremidades dejando salir un gruñido bastante largo; se dio vuelta para ahora estirarse en esa posición; se sentó en el borde de la colcha con los pies en el suelo para buscar con éstos las pantuflas y salir de su amada cama a duras penas.
Se encerró en el baño para poder bañarse y despertar de mejor forma; no le preocupaba demorar algo más de lo normal debido a que ese día Clark se había quedado en casa y como era costumbre prefería dormir con Agustín(el pequeño de apenas tres años y un mes) que con él, por lo que duró un poco más bajo el agua, pero al salir se envolvió una toalla en la cadera mientras que con otra más pequeña se la refregaba en la cabeza y abrió la puerta encontrando a los dos susodichos anteriores en su cama; sonrió para sus adentros y se dirigió directamente hacia su closet para buscar ropa.
Los dos menores estaban conversando por debajo de las sábanas muy despacio, como si no les pudiese oír; se rieron al mismo tiempo, lo que provocó una sonrisa amplia de su parte mientras terminaba de abrochar su pantalón. Se dejó de escuchar ruido alguno de su cama por lo que se giró lentamente y comenzó a caminar hacia ésta sigilosamente y estando a punto de llegar, aquella tela que cubría ambos cuerpos voló hacia algún lugar de la habitación seguido con un intento de "gruñido monstruo" que emitieron los contrarios que terminaron por convertirse en risas de su parte, también rió.
—Buenos días, bebés. —dijo apenas logró ver el rostro de ambas figuras frente a él, rió nuevamente al poder verles.
—¿Qué es lo que te causa gracia, amor? —Clark le miró y otra risa intentó salir mas no lo logró.
—Eres casi del porte de Agustín. —Ésta vez la risa si logró sonar, porque era cierto. Estaba con las rodillas sobre el colchón y el pequeño de pie junto a él y le llegaba al hombro.
(...)
Mientras Clark terminaba de cocinar lo que sería su cena de noche buena, se movía por la cocina buscando el servicio, vasos y demás para poder arreglar la mesa mientras ocupaban el tiempo que debían esperar haciendo algo productivo, porque Agustín también le ayudaba a llevar las cosas hasta la mesa del comedor como podía. Eran una familia y aquello le agradaba.
—Ten mi amor. —le decía a su pequeño mientras le entregaba las servilletas y lo veía desaparecer entre el corredor para llegar al mueble en el que comerían.
—Oye amor, ven. —Clark fue el que habló ésta vez llamando la atención propia; le hizo caso y se acercó a éste por detrás. —¿quieres probar?
Las palabras no fueron necesarias porque su sonrisa lo dijo todo; entre que el menor volteaba nuevamente hacia una de las ollas para extraer algo de la comida que estaba preparando, se pegó a su cuerpo, abrazándole por la cadera y apoyando su cabeza en uno de los hombros ajenos. Abrió la boca cuando el cucharón de madera se acercó con algo y cerró los ojos para disfrutar del sabor.
—No es justo. —la voz de su hijo interrumpió la escena, llamando la atención de ambos hacia él.
Soltó un suspiro y se alejó de la anatomía de la que había estado abrazado y se dirigió hacia su hijo pero éste avanzó hasta el otro adulto, el que lo levantó entre sus brazos; recibió un abrazo y beso de su bebé.
—Agustín eres un interesado. —dijo cruzando sus brazos por sobre su pecho a la vez que una de sus cejas se alzaba, con la mirada fija en su hijo.
—No, es porque quiero mucho a Pipo. —el pequeño apenas pronunciaba pero lo intentaba, por lo mismo le había puesto un apodo especial; después de decirlo besó la frente de quien lo tenía en brazos.
(...)
—Muchas gracias por la comida, amor. —yacía sentado de cabecera de mesa, con Clark a su izquierda su hijo que había dejado un par de trozos de carne y papas sobre el plato; le acarició el cabello con una mano para después hacer lo mismo con el joven.
—Fue todo muy muy de-li-cio-so. —Agustín se acariciaba la pancita por sobre la ropa mientras su espalda se apoyaba apenas en el respaldo de la silla. —¿cuándo podemos abrir los regalos?
—No hay regalos, ciego. —le respondió y señaló su árbol, a lo que el más inocente miró y en su carita se pudo notar algo de tristeza; le dio un beso en la frente.
(...)
Su hijo ya estaba dormido porque se acercaba la media noche por lo que junto a Clark llevaban el plan acabo, por lo que éste fue a despertarlo con la excusa de que Papá Noel se había caído cerca de casa y lo había ido a ver pero que no había vuelto, por lo que ambos salieron en la dirección que supuestamente había ido.
Se quedó solo en casa y lo primero que hizo fue buscar los regalos que habían escondido en el baño de invitados, que más bien era como una bodega porque casi no tenían invitados y si iba alguien significaba que era sumamente cercano, por lo que ocupaban el baño de su dormitorio o el de segundo piso a un lado del dormitorio de su hijo y su "estudio" u oficina.
Las cajas no pesaban tanto y tampoco eran mucho bulto, menos eran demasiadas, por lo que en menos de cinco minutos ya estaban todos los regalos bajo el árbol, regalos tanto para Agustín como para Clark y alguno que otro auntoregalo para él o cosas para la casa. Llamó al contrario para avisarle que estaba todo listo.
(...)
